jueves, 22 de febrero de 2018

LA PROCESIONARIA DEL PINO

LA PROCESIONARIA DEL PINO

La procesionaria del Pino (Thaumetopoea pityocampa) es una oruga que por poseer unos Pelos (tricomas) urticantes, hace sus nidos en pinos y tiene su mayor actividad en primavera, cuando las temperaturas empiezan a ser más cálidas, siendo éstos factores un problema grave para las mascotas, ya que cuando salen a pasear les llama la atención y al acercarse les puede provocar desde una leve reacción alérgica en la zona de la cara (ojos, trufa y sobre todo boca), hasta un edema de glotis, shock anafiláctico y provocar la muerte por asfixia. Este trabajo tratará de cómo tratar una intoxicación por procesionaria del Pino.
El momento fundamental del ciclo de la oruga del pino o procesionaria se desarrolla durante el inicio de la primavera, cuando todas las orugas migran. El contacto de este insecto con la piel del perro desencadena una dermatitis urticante. El diagnóstico temprano es fundamental para limitar las secuelas y la mejor medida contra esta intoxicación por contacto es la prevención evitando las condiciones de exposición.
 

 Contacto y toxina
El momento más peligroso es cuando empieza su migración hacia el suelo. Las especies más afectadas son el perro y en menor medida los gatos, el contacto se produce por el desprendimiento de los pelos urticantes que posee la oruga, y ocasionalmente los pelos llevados por el viento pueden producir afecciones oculares. Las lesiones, pronóstico y secuelas están determinadas por la parte del cuerpo afectada y la rapidez con la que se administra el tratamiento. La localización más frecuente es la cavidad oral, produciendo una inflamación de la lengua y labios. La evolución comienza con una fase ulcerativa y erosiva, que evoluciona a una fase necrótica mayor o menor según la rapidez del tratamiento.
La fase erosiva afecta a la parte superficial de la lengua, mientras que la fase ulcerosa profundiza e impide su restitución íntegra. Con menor probabilidad es la afección ocular, causada por el transporte por el viento de los pelos urticantes que entran en contacto con los párpados (blefaritis) o si entran en contacto con la córnea ocasionando úlceras. Estos pelos urticantes llevados por el viento pueden ser aspirados durante el olfateo y producir una rinitis aguda.
La toxina que se libera de los pelos urticantes de la oruga se denomina taumatopenia, que ocasiona la liberación de histamina, produciendo así una potente reacción inflamatoria prolongada por la permanencia de los pelos en la mucosa. Estos pelos están situados en el dorso del artrópodo están protegidos por estructuras tegumentarias, y en situaciones de peligro éstos se rompen y liberan la toxina, también hay que tener en cuenta el contacto con los nidos, donde existe gran cantidad de exudado larvario y pelos.
El cuadro que se desarrolla es una hipersensibilidad tipo I, mediada por inmunoglobulinas E, generando un cuadro similar al angioedema o urticaria.

Causas
Contacto o ingestión de oruga de procesionaria del Pino (Thaumetopoea pityocampa) o sus bolsones vacíos. Inhalación de los tricomas. Problema estacional, durante la primavera, en zona de pinares. Los tricomas contienen taumatopeína, que produce desgranulación de mastocitos independiente de Ig E, con liberación de histamina.

Síntomas
La sintomatología clásica es la del contacto oral: el animal demuestra nerviosismo, actos de deglución rápidos, se toca la boca con las patas, hipersalivación (ptialismo); en pocos minutos desarrolla glositis, estomatitis, hasta la incapacidad de cerrar la boca, vómitos, edema seguido de úlceras y necrosis en la lengua, ránula sublingual por imposibilidad de vaciado por parte de los conductos salivares, angioedema, disnea por afectación de la faringe o laringe, hipertermia y aumento de ganglios submandibulares, hematuria, petequias, urticaria por contacto y conjuntivitis. También puede darse convulsiones, respuesta inflamatoria sistémica hasta coagulación intravascular diseminada y consecuente muerte. La lesión localmente tiende a evolucionar hacia la necrosis, con posibilidad de pérdida de tejido. Esta evolución requiere semanas, hasta el punto de mantener el animal con alimentación parenteral o enteral


Tratamiento
Primero estabilizar al paciente, asegurar una vía aérea permeable, oxigenoterapia y ventilación si es necesario. Fluidoterapia intravenosa con cristaloides y coloides a dosis de shock en caso necesario. Si hay anafilaxia aguda severa tratar con adrenalina 0,01-0,02 mg/KG IV, SC, IM (0,1-0,5 ml SC de adrenalina 1:1000 por perro o gato). Repetir cada 10-20 minutos si es necesario. Administrar antihistamínicos como difenhidramina 1-2 mg/kg/8h IV lento. Administrar corticoides de acción rápida como dexametasona 1-4 mg/kg IV o prednisona 8-15 mg/kg IV, continuar con prednisona 0,5-1mg/kg/ 12-24h. Lavar la boca con agua abundante. Si hay broncoconstricción, administrar aminofilina 4-8 mg/kg IM o IV en perro, 2-4 mg/kg en gato o terbutalina 0,01 mg/kg SC. Si hay edema faríngeo o laríngeo importante, puede ser útil añadir al tratamiento furosemida o manitol. Monitorizar hematocrito, proteínas totales, presión arterial y producción de orina. Utilizar antibióticos de amplio espectro si las lesiones de la lengua lo requieren como ampicilina 20-40 mg/kg/8h o cefalexina 22 mg/kg/8h asociadas a metronidazol 10 mg/kg/12h IV. Se pueden utilizar analgésicos opiáceos sistémicos o lidocaína en crema. Si hay vómitos, tratarlos con cimetidina o ranitidina. Alimentación mediante jeringa o tubo de esofagostomía.

Prevención
Principalmente a principios de la primavera (de febrero a Abril) caminar con los perros en zonas sin pinos. Los nidos de procesionaria en pinos deben ser destruidos cortando cuidadosamente la rama con el nido y quemándola. Al destruir esos nidos, es necesario mantener los ojos y las manos protegidos.
También pueden usarse insecticidas, fumigaciones Triclorfón a 5% o piretrinas, al final del verano o en principios de otoño. Esos productos pueden ser aplicados directamente a los nidos.


Marina Uchán.