lunes, 24 de octubre de 2016

ENVEJECIMIENTO Y SÍNDROME DE DISFUNCIÓN COGNITIVA EN PERROS.


En la última década ha ido aumentando el interés por el estudio del envejecimiento en el perro.  Los propietarios de mascotas senior suelen acudir al veterinario con problemas de comportamiento, a menudo el conocimiento sobre las alteraciones cognitivas en perros causadas por la edad es limitado, y hay muy pocas herramientas terapéuticas que sean de ayuda y estén a nuestro alcance.

En medicina humana, se entiende por demencia a una variedad de síndromes que se caracterizan por una pérdida progresiva de la capacidad intelectual que incapacita a la persona que los sufre para realizar tareas comunes de la vida. La enfermedad más frecuente y conocida de demencia en personas es el Alzheimer. 

No se ha establecido una definición clínica de la demencia en perros. Sin embargo, hace tiempo que se ha identificado una sintomatología similar a la demencia humana en perros.  Se ha comprobado que síntomas como alteración de la interacción social con los propietarios, alteración del ciclo sueño-vigilia y de los niveles de actividad, eliminación inadecuada en casa y desorientación empiezan a menudo cuando nuestro compañero llega a los 11-12 años. Más del 50% de los perros de entre 15 y 16 años presentan al menos alguna de estas alteraciones.

Hay estudios que han demostrado que en perros durante el envejecimiento se producen unos cambios neuroanatómicos que se asemejan a los sucedidos en humanos, la resonancia magnética nos ha permitido observar una reducción del volumen cortical relacionado con la edad, así como una hipertrofia de los ventrículos. Esto nos hace pensar que pueda haber degeneración neuronal. Todavía hay pocos estudios que hayan podido cuantificar de forma fiable esta pérdida de neuronas.

De la misma manera se ha detectado un descenso del flujo sanguíneo cerebral y del metabolismo de la glucosa en perros con la edad, estos factores metabólicos también son muy importantes para la cognición.

Obviamente, existen diferencias individuales, de este modo los perros de edad avanzada podrían dividirse en individuos con incapacidades cognitivas, incapacitados por la edad e incapacitados graves. Sería comparable en humanos a un envejecimiento normal, con incapacidades cognitivas moderadas y con demencia, respectivamente.

Aunque no se trata de una patología que podamos curar con un tratamiento, hoy en día existen fármacos que pueden ayudar y mucho a retrasar o enlentecer la aparición de estos síntomas en los perros.  Lo más importante es asimilar que nuestro compañero ha envejecido, quizá más rápido de lo que desearíamos, y ponernos manos a la obra para que esta etapa siga siendo igual de feliz y reconfortante tanto para el perro como para el propietario.   

Blanca Barrio
*imagen mundoperros.com

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