Las dermatopatías alérgicas son el principal motivo
de consulta en dermatología veterinaria, principalmente en perros, y los casos
de hipersensibilidad son los más frecuentes de nuestra especialidad. La atopia
es indudablemente una de las enfermedades más frecuentes y su denominación como
dermatitis atópica no hace más que aseverar la gran importancia de la piel como
órgano diana de la misma.
Se trata de uno de los procesos más comunes y que
más se ven en la clínica diaria. Algo muy normal en consulta es acudir por
problemas de piel con la presentación de problemas “visibles” o “molestos” para
los propietarios, como son las descamaciones o “caspa”, alopecias (ya sean
difusas o localizadas), costras, pústulas o zonas muy enrojecidas y con
presentación de un excesivo picor.
La gran mayoría de las ocasiones que se presenta un
caso de estas características suele estar asociado a una atopia de base, sobre
todo en animales que genéticamente están predispuestos a ello como son las
razas Bulldog Francés, Bull Terrier, West Highland White Terrier, Yorkshire
Terrier, etc.
Se puede definir como la
predisposición genética a desarrollar una enfermedad inflamatoria y pruriginosa
de la piel, asociada más frecuentemente con la producción de IgE frente a
alérgenos medioambientales, entre los que se pueden incluir:
- Ácaros (principalmente sus heces).
- Pólenes.
- Hongos.
- Descamaciones epidérmicas.
- Insectos.
En algunos casos puede
estar asociada a la alergia a algún tipo de alimento o componente dentro de la
alimentación.
Su diagnóstico se basa fundamentalmente
en la historia clínica del paciente, el cuadro clínico y la exclusión de
enfermedades que sean compatibles con un cuadro pruriginoso.
Se puede considerar un
animal con problemas de alergia ambiental siempre y cuando se cumplan 5 de los
8 siguientes pasos:
- Inicio de los signos antes de los 3 años de edad.
- Perro que vive principalmente en interiores.
- Prurito que responde a glucocorticoides.
- Prurito sin lesiones/primario al inicio.
- Extremidades delanteras afectadas.
- Pabellones auriculares afectados.
- Márgenes auriculares no afectados (cara cóncava).
- Área dorso lumbar no afectada.