miércoles, 9 de agosto de 2017

DISPLASIA DE CADERA


·         Caminar y trotar con balanceo de caderas

·         Rigidez matutina

·         Dificultad para levantarse

·         Atrofia muscular

·         Negativa a moverse

·         Cambios en el humor

·         Dolor a la palpación


Para su diagnóstico se debe recurrir a la radiografía de cadera, generalmente bajo sedación, realizando un estiramiento caudal y rotación medial de las extremidades posteriores para obtener una proyección óptima de la cadera.

El grado de afectación depende de diversos signos, tales como el ángulo de Norberg-Olsson, grado de EDA (enfermedad degenerativa artucular), grado de subluxación, aplanamiento del borde acetabular con o sin remodelación ósea, presencia o no de esclerosis subcondral, etc.

Los grados presentes son:

Grado A - Ausencia de displasia

Grado B - Transición

Grado C – Leves signos de displasia

Grado D - Moderados signos de displasia

Grado E - Graves signos de displasia

Existen métodos quirúrgicos: escisión del músculo pectíneo, triple osteotomía de cadera, artroplastia de la cabeza femoral, osteotomía de pubis, forage, prótesis de cadera al mayoría se practican cuando el perro es joven para, supuestamente disminuir la posibilidad de artrosis coxofemoral secundaria en la edad adulta. La prótesis de cadera debe reservarse para casos graves y una vez ha finalizado el crecimiento.

El tratamiento médico se basa en antiinflamatorios, podemos empezar por antiinflamatorios naturales, que no contiene substancias medicamentosas, si no obtenemos los resultados esperados pasar a los Aine’s y en casos extremos se recurre a córticos. Debemos incluir los nutracéuticos sobretodo los condroprotectores ya que  reducen la incidencia de artrosis y protegen el cartílago articular. Éstos son usados en perros sénior de forma muy general pero son muy útiles como protector articular en perros en crecimiento, existen condroportectores específicos para perros jóvenes. La reducción de peso, el ejercicio moderado y sobretodo regular son otros de los puntos básicos, así como las mejoras en el entorno y el hecho de dormir en un lugar cálido y alejado de las humedades.

La principal mejora en el entorno es dormir en un buen colchón terapéutico, no pasar frío ni exponerse a mucha humedad, utilizar en invierno una manta, a poder ser un abrigo térmico para perros que se puede utilizar todo el año.

Conclusión, si observa cualquier signo de cojera, claudicación o alguno de los mencionados anteriormente, no dudes en acudir a tu centro veterinario más cercano que disponga de maquinaria de rayos x de calidad para un diagnóstico temprano de la enfermedad, y así poder instaurar un tratamiento de una manera precoz.
 
DVM David Ramos

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