·
Caminar y trotar con
balanceo de caderas
·
Rigidez matutina
·
Dificultad para levantarse
·
Atrofia muscular
·
Negativa a moverse
·
Cambios en el humor
·
Dolor a la palpación
Para su diagnóstico se debe recurrir a la radiografía de
cadera, generalmente bajo sedación, realizando un estiramiento caudal y
rotación medial de las extremidades posteriores para obtener una proyección
óptima de la cadera.
El grado de afectación depende de diversos signos, tales
como el ángulo de Norberg-Olsson, grado de EDA (enfermedad degenerativa
artucular), grado de subluxación, aplanamiento del borde acetabular con o sin
remodelación ósea, presencia o no de esclerosis subcondral, etc.
Los grados presentes son:
Grado A - Ausencia de displasia
Grado B - Transición
Grado C – Leves signos de
displasia
Grado D - Moderados signos de
displasia
Grado E - Graves signos de displasia
Existen métodos quirúrgicos:
escisión del músculo pectíneo, triple osteotomía de cadera, artroplastia de la
cabeza femoral, osteotomía de pubis, forage, prótesis de cadera al mayoría se
practican cuando el perro es joven para, supuestamente disminuir la posibilidad
de artrosis coxofemoral secundaria en la edad adulta. La prótesis de cadera
debe reservarse para casos graves y una vez ha finalizado el crecimiento.
El tratamiento médico se basa
en antiinflamatorios, podemos empezar por antiinflamatorios
naturales, que no contiene
substancias medicamentosas, si no obtenemos los resultados esperados pasar a
los Aine’s y en casos extremos se recurre a córticos. Debemos incluir los
nutracéuticos sobretodo los condroprotectores ya que
reducen la incidencia de artrosis y protegen el cartílago articular. Éstos son
usados en perros sénior de forma muy general pero son muy útiles como protector
articular en perros en crecimiento,
existen condroportectores
específicos para perros jóvenes. La reducción de peso,
el ejercicio moderado y sobretodo regular son otros de los puntos básicos,
así como las mejoras en el entorno y el hecho de dormir en un lugar cálido y
alejado de las humedades.
La principal mejora en el
entorno es dormir en un buen colchón
terapéutico, no pasar frío ni
exponerse a mucha humedad, utilizar en invierno una manta, a poder ser un abrigo
térmico para perros que se puede
utilizar todo el año.
Conclusión, si observa
cualquier signo de cojera, claudicación o alguno de los mencionados anteriormente,
no dudes en acudir a tu centro veterinario más cercano que disponga de
maquinaria de rayos x de calidad para un diagnóstico temprano de la enfermedad,
y así poder instaurar un tratamiento de una manera precoz.
DVM David Ramos
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