Es una lesión corneal en la que existe pérdida de
susbstancia epitelio-estroma, puediendo producirse, en los casos más grabes,
perforación.
El signo clínico más evidente es el dolor, que se
manifiesta mediante blefarospasmo (el animal parpadea o mantiene el ojo
semicerrado) e intentos de rascado del ojo.
Las causas para la aparición de este tipo de
lesión son:
1.
Mecánicas:
a.
Por traumatismos crónicos: entropión,
distiquias, blefaritis, cilio ectópico etc.
b.
Por traumatismos agudos: arañazos,
agresión punzante o cuerpo extraño.
2.
Perdida o inadecuada protección:
a.
Baja producción de lágrimas.
b.
Alteración en el parpadeo.
3.
Químicas o irritativas:
a.
Ácidos o álcalis
b.
Procesionaria del pino.
c.
Humo.
d.
Cigarrillo.
4.
Infecciosas:
a.
Bacterias.
b.
Hongos.
c.
Virus.
Diagnóstico:
Es necesaria una buena anamnesis y una buena
exploración del ojo. Se hace imprescidible la utilización de colorantes como la
fluoresceína para poner de manifiesto la localización, forma, profundidad y
extensión de la úlcera. La fluoresceína teñirá de color amarillo la zona del
ojo afectada por la úlcera, como se puede apreciar en la foto.
Tratamiento
El tratamiento de la úlcera corneal es siempre
tópico, mediante la utilización de colirios. Los objetivos del tratamiento son
controlar el dolor, prevenir o tratar la infección y ayudar a la regeneración
de la córnea.
Debido a que la úlcera corneal es un proceso muy
doloroso es necesario que nuestro perro o gato utilice collar isabelino, para
evitar autolesiones.
La identificación precoz y la insturación de un
correcto tratamiento ayudan a que la úlcera corneal se resuelva sin dejar
cicatriz y evitando complicaciones.
DMV Alba Alonso
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