Se trata de una de las afecciones uterinas más
conocidas, debido a su frecuencia de aparición en la clínica.
La anamnesis, una buena exploración clínica y
sobre todo una ecografía abdominal serán suficientes para diagnosticarla y
justificar la cirugía.
El tratamiento es siempre quirúrgico, basado en
una ovariohisterectomía completa.
El síntoma más frecuente es la pérdida de
secreción por la vulva, en fase de diestro, con frecuencia uno o dos meses
después del celo. El diagnóstico puede
complicarse cuando esta secreción no aparece, acumulándose en el interior del
útero.
Otros síntomas que nos pueden indicar que nuestra
perra tiene piometra son:
-
Fiebre.
-
Pérdida de apetito.
-
Decaimiento.
-
Lamido de la zona perivulvar
continuamente.
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Beber y orinar en exceso.
-
Vómitos y diarrea.
Es muy importante actuar con rapidez ya que se
trata de una enfermedad que no diagnosticada a tiempo puede llegar a ser
mortal, pudiendo afectar gravemente a órganos vitales.
Por ello si observa alguno de los síntomas no dude
en llevarla con la mayor brevedad posible a su veterinario.
Fuente imagen (http://xn--perrospequeos-skb.org/piometra-canina/)
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