lunes, 5 de diciembre de 2016

PROLAPSO GLANDULA TERCER PARPADO



La glándula lacrimal del tercer párpado o glándula de Herder está alojada en la base de la membrana nictitante por su cara interna y queda fijada en su posición mediante bandas de tejido conjuntivo.

Esta glándula participa en la formación de la lágrima representando entre un 30-50% de la secreción.

La etiología de este proceso no está claramente definida, pero probablemente se deba a una hipoplasia o agenesia del tejido conectivo que encargado de fijar la glándula a la órbita.

El prolapso de esta glándula se produce en edades tempranas, normalmente en perro de menos de un año. Suele ser un trastorno unilateral, pero se puede presentar de forma bilateral.

Entre las razas predispuestas a sufrir esta patología destacan los perros de morro chato como el Bulldog o el el Shih Tzu. Otras razas que presentan con mayor frecuencia esta alteración son el Cocker Spaniel, Beagle, Sabuesos y Lahsa Apsos.

La protrusión se presenta como una masa de tamaño variable, rosácea, lisa que sobresale en el canto medial del ojo. En ocasiones se puede acompañar de cojuntivitis y/o eversión del cartílago del tercer párpado.

Se debe diferenciar este proceso de: neoplasias glandulares, luxación del cartílago del tercer párpado, quistes congénitos e hipertrofia inmune del tercer párpado.

El tratamiento de elección es la reposición quirúrgica mediante adenopexia, es decir, fijar la glándula a la conjuntiva bulbar mediante una sutura. Tras la intervención se deberá aplicar tratamiento tópico mediante colirio antiinflamatorio y antibiótico.

Un diagnóstico temprano y un tratamiento correcto evitaran las complicaciones y solucionarán el problema.

 


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