Se trata de una enfermedad muy común, que puede
cursar con inflamación y ulceración de los tejidos blandos de la boca.
La causa no está
clara, normalmente se trata de una enfermedad multifactorial que implica un componente inmunomediado,
teniendo que descartar por lo tanto enfermedades de inmunodeficiencia y
leucemia, enfermedades virales o metabólicas o con menos frecuencia reacciones
a medicamentos.
A menudo los síntomas que presenta nuestro gato
son inespecíficos como anorexia, pérdida de peso, mal aliento, dificultad para
comer, sialorrea… si nos fijamos en sus encías puede variar de una delgada
línea enrojecida a enrojecimiento generalizado, hinchazón, retracción gingival,
aflojamiento de piezas dentales y
ulceraciones. Es una patología de curso
lento, a menudo con periodos intermitentes alternando periodos de aparente
curación con periodos de daño.
Es muy importante hacer un diagnóstico preciso
para saber cuál es la causa, ya que si nos limitamos a tratar sintomáticamente
a menudo vamos a tener recaídas tras suprimir el tratamiento. Para esto el veterinario debe tomar muestras
de la mucosa de nuestro gato para analizarlas, en ocasiones esto no es
suficiente teniendo que recurrir a otra serie de pruebas, como analítica
sanguínea y radiografías.
A parte de establecer un tratamiento médico en la
mayoría de los casos es muy importante realizar una limpieza de boca mediante
ultrasonidos, durante la cual se realizará la exodoncia de las piezas dentales
afectadas.
En la imagen podemos ver la encía de Perlita,
completamente ulcerada, Perlita acudió a nuestro hospital para una
ovariohisterectomía, al ir a intubarla comprobamos el mal estado de su boca, lo
cual tendría que estar provocándole grandes dolores, aun así en su casa no
habían notado nada. Ya se le instauró un
tratamiento y veremos su evolución en las revisiones.
¿Todavía no le has mirado
las encías a tu gato? ¡Si tienes cualquier duda consúltanos sin compromiso!DMV Blanca Barrio
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